Escuchar a suspensivos inflamables es lo último que hace un cornalito cuando es cocinado. Si usted es cornalito, no lo escuche. A esta banda también se la puede reconocer fácilmente por tener de los mejores afiches del underground porteño. Tocan seguido y pronto. La próxima fecha: martes 23 de marzo, GRATIS en Ultra Bar.
*el tema del videíllo no lo van a encontrar en el disco pero es igualmente ilustrativo
El fin de la segunda edad de oro del siglo XX (sepultada, en los países centrales, por la crisis del petróleo) coincidió con la primera muerte musical del rock (a manos del punk). Se trató, en verdad, de breves momentos de catatonia: pronto la acción coordinada de Tatcher, Reagan, el Vaticano postconciliar y MTV resucitarían a ambos a fuerza de electroshoks.
Pero el mundo social había estallado y las fuerzas del orden, aunque recompusieron cierta normalidad institucional, no lograron -no podían ya- detener la onda expansiva, que finalmente terminó arrasando con la vida social tal como se la conocía.
Joy Division fue un grupo que muy tempranamente supo captar en canciones aquella mutación definitiva.
Como toda gran banda, su formación iba mas allá de los músicos que subían a escena (ellos tuvieron su george martin y su brian epstein. tambien su rocambole). Acaso haya sido por la influencia decisiva de éstos se llegó a decir que hacían discos de laboratorio.
Pero lo que en verdad sucedía era que, al habitar en las ruinas del viejo imperio industrial, estaban abocados a fraguar sonoridades acordes a la nueva acústica. Por su parte, Ian Curtis, toda una "caja de palabras" según el resto del grupo, parecía tener como meta el renovar la poética pop para situarla a la altura de su (nuestro) tiempo. Por eso la búsqueda estética (que apuntaba a "hacerlos sonar como la versión abstracta y futurista de ellos mismos", Paul Morley dixit) era para ellos una necesidad.
Esa búsqueda, ciertamente dolorosa y, por momentos, sombría, los llevó sin embargo a ser "menos un réquiem que una celebración". Y no, no era por auriculares, sino en vivo, que transmitían toda su potencia.
Algo de todo esto rescata la grabación que aqui ofrecemos.
nota: hoy en día, para recrear una conexión más poderosa tal vez sea preciso experimentar una vivencia multi-media. En tal caso, habrá que verse esta peli y atreverse a este libro